Vanessa Garcia (a la izquierda) y Melisa Favre (a la derecha), organizarán Entre Vecinas este febrero.
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Melisa Favre sabe por experiencia propia lo difícil que es volver a empezar en un nuevo país.
En 2002, cuando Favre tenía 17, su país natal, Argentina, sufrió la crisis económica más grande de su historia, conocida como La Crisis del 2001 o la Gran Depresión Argentina. La tasa de desempleo se disparó en ese momento y más de la mitad de los argentinos vivían debajo de la línea de pobreza.
Ella y su hermana, Florencia, se mudaron a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. La mudanza las abrumó.
“Cuando miro hacia atrás, no puedo creer que lo superé, para ser honesta contigo.”
Hoy en día, Favre es una pasante en el área de bienestar mental en Nourishing Hope — y quiere ayudar a otras latinas que se encuentran en situaciones parecidas.
Con ese fin, Favre y le terapeuta bilingüe Vanessa García están lanzando un nuevo grupo de salud mental para mujeres migrantes llamado Entre Vecinas. A partir de este mes, el grupo de apoyo, que será conducido en español, se dará en persona por diez semanas sin costo alguno para sus participantes.
El grupo de apoyo es el ejemplo más reciente de los esfuerzos del equipo de bienestar mental de Nourishing Hope para ofrecer comunidad y recursos a las poblaciones marginadas en Chicago.
“Comenzamos a tener conversaciones deliberadas acerca de cómo podría haber la necesidad de un espacio para mujeres migrantes específicamente —cis o trans — porque sabemos que la experiencia es muy compleja para las mujeres,” dijo García.
Desde el 31 de agosto, 2022, más de 35,000 migrantes y solicitantes de asilo han llegado a Chicago desde la frontera sur. La salud mental es una preocupación cada vez mayor. Hace poco, WBEZ publicó un reportaje acerca de la inminente crisis de salud mental que enfrenta la creciente población inmigrante en Chicago.
Cuando llegó a los Estados Unidos, Favre sufrió estrés, shock cultural y soledad. Eventualmente, recuperó su estabilidad — y comunidad con otros hispanohablantes – en una clase de inglés gratuita.
“Ese fue un gran recurso para mí,” dijo Favre, que está cursando su maestría en terapia clínica y salud mental en la Universidad de DePaul. “Pero si no hubiera sido por las otras personas que habían pasado por la misma experiencia, no hubiera sabido por dónde empezar.”
Los migrantes y los refugiados — y en particular las niñas y mujeres — tienen mayor riesgo de depresión, ansiedad y otros trastornos de la salud mental, según un informe del año pasado de la Organización Mundial de la Salud.
Además de estos traumas y dificultades, los migrantes y solicitantes de asilo han tenido que navegar un aluvión de sentimientos anti-inmigrantes recientemente.
García quiere que los migrantes sepan:
“Acá eres bienvenida. Hay un espacio seguro para ti.”
Al ofrecer este grupo en español, García y Favre esperan fomentar un ambiente de expresión auténtica.
“Las cosas suelen perderse en la traducción o no se traducen bien del español al inglés,” dijo García.
Además de brindar un sentimiento de comunidad y pertenencia, Entre Vecinas busca animar a las mujeres migrantes a mantener sus culturas y tradiciones.
“He visto — en las generaciones de gente migrante en mi familia —he visto algunos de ellos abandonar su idioma o sus tradiciones,” dijo García. “Queremos que la gente sepa que hay una forma de adaptarse a una nueva vida, una nueva sociedad, sin abandonar esas partes de nosotros.”
Cuando tenía siete años, la madre de García se reunió con sus padres en los Estados Unidos. Se habían mudado de México en busca de trabajo y estabilidad económica. El padre de García había emigrado de México a los 21 con su banda, Fuerza del Corazon, con la esperanza de cumplir sus sueños como músicos. Años después, los padres de él se reunieron con su familia en Chicago.
“Mis abuelitos paternos, como eran los que nos cuidaban durante la mayoría de nuestra niñez, nos pasaron sus tradiciones y celebraciones de las mejores formas,” dijo García.
Entre Vecinas está abierto a mujeres que han vivido experiencias migratorias en cualquier momento de su vida. Además de servir como un espacio para compartir y reflexionar, las participantes también podrán compartir recursos e información entre ellas.
Puede que un grupo de terapia no sea la solución para las desigualdades sistémicas más grandes que las familias migratorias están navegando, dijo García, pero puede tener un impacto positivo en la vida de las participantes.
“Realmente esperamos que sirva como una base sólida,” dijo.
Las personas interesadas en participar pueden aprender más o solicitar un cupo aquí. Más información acerca de los servicios de bienestar mental de Nourishing Hope está disponible aquí.